La presunta interferencia rusa en el GPS del avión en que viajaba la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su gira por países del este para mostrar el respaldo comunitario frente a las amenazas del Kremlin continúa envuelta en el misterio.
Las autoridades de Bulgaria, en cuyo cielo se produjo el inquietante episodio, lo atribuyeron inicialmente a Moscú, para luego desdecirse y asegurar que el aparato solo experimentó una interrupción parcial de la señal, algo que suele suceder en áreas muy pobladas. Bruselas, sin embargo, sigue pensando que hubo una obstrucción rusa deliberada.
La alarma, infundada o no, alimenta en cualquier caso las sospechas y algunas certezas sobre las actividades de guerra híbrida con que Vladímir Putin hostiga a Europa sobre todo desde el in