La última vez que Donald Trump estuvo en el Abierto de Estados Unidos , un par de meses después de lanzar en 2015 su carrera a la presidencia y cuando las hermanas Venus y Serena Williams luchaban en unos cuartos de final, el abucheo que se escuchó en la Arthur Ashe cuando las pantallas gigantes lo mostraron sentado con Melania Trump fue considerable. Trump pudo nacer hace 79 años en el barrio de Queens, no muy lejos de las pistas de Flushing Meadows que acogen el centro Nacional de Tenis Billie Jean King, pero aquella pitada le recordaba que no era un vecino demasiado querido por muchos neoyorquinos.
Este domingo, Trump vuelve al grande estadounidense, donde antes de su entrada en política era un habitual. Lo hace para la final que enfrenta a Carlos Alcaraz con Jannik Sinner.