En las redes sociales, Chris Watts mostraba la imagen del esposo y padre perfecto. Junto a su esposa Shanann, embarazada de su tercer hijo, y sus hijas Bella (4) y Celeste (3), proyectaban una vida familiar llena de armonía. Sin embargo, esa fachada ocultaba problemas económicos, tensiones domésticas y una doble vida que terminaría en una de las tragedias más atroces de la historia de Estados Unidos.
El 13 de agosto de 2018, Shanann no respondió mensajes ni acudió a una cita médica. Una amiga alertó a la policía y pronto la casa de los Watts se convirtió en escenario de búsqueda: el teléfono de Shanann, su cartera y los asientos infantiles estaban intactos.
Chris aseguró que apenas la vio al regresar de un viaje laboral, pero sus declaraciones empezaron a despertar sospechas. Mientras la