El Vive Latino solo ha necesitado de cuatro ediciones para alcanzar la velocidad de crucero. El festival ha vuelto a carburar este año como una máquina bien engrasada y da la sensación de que tampoco necesita de grandes impulsos para seguir caminando . Según el ayuntamiento, la cita logró reunir entre los dos días a más de 38.000 personas , una cifra muy similar a la del año pasado y no muy lejana a la de 2023, cuando acarició el lleno técnico con 42.995 asistentes.

Y es que el Vive Latino se ha convertido en una cita obligada para muchos zaragozanos, casi en una tradición antes de empezar el nuevo curso, lo que aporta al festival una masa social de incalculable valor. Lo sabe bien el promotor y director de la cita, Nacho Royo. «Hay una base de gente que ya cree en el festival en sí

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