Bajo la consigna de “¡ya basta!”, el movimiento en protesta por el año de guerra del cartel de Sinaloa pide solución a las autoridades.
El sudor camuflaba las lágrimas. Entre sus manos el micrófono se movía como unas maracas. La gente lo arengaba. ¡No estás solo, no estás solo! Y el pequeño niño, con apenas 10 años, comenzó su cátedra. “Queremos poder salir a jugar sin miedo”.?
La demanda resulta obvia, pero en una ciudad como Culiacán la seguridad ha sido tema comprometido desde hace un año con los primeros choques entre los Chapitos y los Mayos.
El niño está en un templete junto a adultos que tal vez no comprenden la gravedad e importancia de sus demandas. Jugar en paz, sin miedo. Porque ese es el principal trabajo de las infancias. Y la gente lo arenga aún sin entender, porque todos