El regreso a clases puede ser un momento complicado para los niños y adolescentes que han sufrido acoso escolar. Según la Fundación ANAR, uno de cada diez estudiantes ha experimentado bullying. Para muchos, el verano representa un alivio, un tiempo para respirar en un entorno más seguro. Sin embargo, la vuelta al colegio trae consigo la reactivación de miedos y ansiedades.
La especialista en Psicología Infantil y Juvenil, Èlia Sasot, advierte que este retorno puede reactivar recuerdos dolorosos. "El regreso a la escuela puede reactivar recuerdos, miedos y síntomas de ansiedad, sobre todo mucho miedo a que vuelva a pasar", explica. Muchos menores que han padecido acoso escolar buscan terapia al inicio del curso, preocupados por el reencuentro con sus compañeros y la posibilidad de que se repitan situaciones de exclusión.
El apoyo familiar es crucial en este proceso. Sasot aconseja a los padres que escuchen a sus hijos sin juzgar ni minimizar lo ocurrido. "Es fundamental que los padres aborden este momento con apertura y empatía. Lo más importante es validar cualquier emoción que aparezca: desde la ilusión hasta la inseguridad", señala.
La psicóloga enfatiza que los padres deben transmitir un mensaje claro: "Tus emociones son válidas, no estás solo, y podemos afrontar juntos lo que ocurra". Además, es esencial mantener una comunicación constante con el colegio para prevenir y detectar recaídas.
Sasot también sugiere que los niños participen en actividades fuera del entorno escolar para crear nuevas redes sociales. "Es de vital importancia transmitir la idea de que no está solo, sino que hay un equipo trabajando unido para protegerlo y acompañarlo", afirma.
La vuelta al colegio también implica el desafío de reconstruir la confianza social. La psicóloga recomienda fomentar el desarrollo de habilidades sociales y crear un entorno protector que favorezca relaciones sanas. "Facilitar la participación en actividades donde pueda conocer compañeros con intereses similares es clave", concluye.
En resumen, la vuelta al colegio tras el verano puede ser un reto para los niños que han sufrido bullying. Sin embargo, con el apoyo adecuado de la familia y el entorno escolar, es posible afrontar este desafío y ayudarles a reconstruir su confianza y bienestar emocional.