Las sucesivas olas de calor de este verano y la ausencia de precipitaciones –la sequía es una amenaza cada vez más real– están poniendo en jaque la campaña del olivar, un cultivo con el que Andalucía se juega mucho. Así lo asegura la organización agraria COAG, que incide en otros factores que determinarán la recogida de la aceituna, como la vecería y la incidencia de plagas de prays y algodoncillo, que «ya provocaron una caída notable en la floración y un cuajado irregular, lo que afectó a la cantidad de frutos pero no a la calidad, provocando así una reducción de la cosecha prevista de hasta el 40% en zonas clave». Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el pasado mes de junio fue el más cálido registrado en España, mientras que confirma otro dato importante: se contabilizan ya

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