GREGORIO LEÓN . Nueva York

A Carlos Alcaraz se le nota relajado , con verbo fluido , a pesar de los infinitos compromisos que nacen después de ganar un Grand Slam . Han pasado dos horas desde que acabó su cita con Jannik Sinner , pero la adrenalina sigue viajando por sus venas. A su lado está Germán Abril , que lo ha seguido durante toda la temporada, desde Australia , allá por el mes de enero, hasta este US Open que le ha devuelto a la cumbre . Ha sido este el triunfo de la madurez , en oposición a su primera vez aquí en Nueva York , cuando tenía diecinueve años . Solo han pasado tres, pero el grado de madurez alcanzado por el tenista murciano está fuera de cualquier género de duda. Y aun así, Carlitos no se atreve a afirmar categóricamente que sea el me

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