Uno de los elementos principales que explican la crisis en muchos sistemas de salud pública, sobre todo en países de mediano y bajo nivel de desarrollo socioeconómico, es el déficit financiero derivado de la atención de pacientes con enfermedades crónicas o de alto costo.
En ese orden de ideas, entre los objetivos que la comunidad internacional se ha propuesto para hacer frente a esta problemática, que no solamente tiene consecuencias negativas en el campo económico, sino también en la calidad de vida y la propia supervivencia de los pacientes, está el facilitar el acceso a los medicamentos y tratamientos más efectivos para tratar dichas patologías.
En ese sentido, resulta muy positivo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicara la semana pasada sus últimas ediciones actualiz