Guillermo Fournier Ramos (*)

El propósito de la democracia, como sistema de organización social y política, es cerrar el espacio para evitar que el poder y la capacidad de tomar decisiones se adquieran por medio de la violencia.

Asimismo, el esquema democrático moderno obliga a gobernantes y representantes populares a respetar las leyes vigentes y los derechos de las personas, en el ejercicio de sus funciones.

Naturalmente, el fin último de la democracia es el empoderamiento de la gente, a través de la participación ciudadana, y la resolución ordenada y progresiva de los problemas sociales, en un ambiente de libertades, colaboración y diálogo constructivo.

En un célebre discurso de 1863, el entonces presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln, definió de forma sencilla pero muy ilust

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