El guión estaba escrito y sucedió como suceden las cosas cuando ya están previstas. Presagios obvios, adivinanzas de mago principiante.
Venezuela iba a caer en Buenos Aires y Bolivia en Barranquilla, un marco ideal para el suspenso de la jornada de mañana, en Maturín y El Alto; ahí si es verdad que no valdrán actos de sortilegio o quiromancia. Ahí reinará la verdad de las verdades, porque con los dos parados en el filo del acantilado no habrá manera de escapar.
Mientras los bolivianos tienen los dos pies apuntando hacia el abismo, a la Vinotinto aún le queda uno en suelo firme. Un punto de ventaja que a estas alturas del Premundial, cuando se juega la última baraja de la partida, es casi como encontrar el tesoro en la base del arco iris. Los bolivianos, virtualmente eliminados, se han le