
En España seguimos teniendo un problema muy serio con los okupas , hasta el punto de que entran con impunidad a casas de ancianos nonagenarios . Mientras tanto, hay otros países europeos donde han sido capaces de reducir el problema al mínimo.
El estado donde la okupación es residual es Países Bajos y lo ha conseguido con una fórmula muy sencilla, aunque a los políticos españoles les suene a chino: una legislación muy clara y durísima con el okupa.
Es decir, parece ser que el método exitoso de otros países europeos contrasta con la forma de proceder que tenemos en España, donde el desalojo puede tardar meses e incluso años.
La metodología exitosa de Países Bajos para eliminar a los okupas
La primera clave del éxito en los Países Bajos es una legislación penal súper contundente. Desde 2010 okupar una vivienda ajena se considera delito grave y está castigado con penas de prisión de hasta dos años y ocho meses.
La policía actúa de forma inmediata, ya que no existen largos procesos judiciales ni se permite que los okupas permanezcan en la propiedad durante meses.
Gracias a eso, el desalojo se produce en cuestión de horas y la vivienda vuelve a su dueño legítimo sin dilaciones. La clave de este procedimiento es que la firmeza ha generado un efecto disuasorio, lo que ha reducido a niveles mínimos los intentos de okupación.
El contraste con España es total. Aquí, pese a las modificaciones legislativas, los procesos judiciales tienden a prolongarse, sobre todo cuando se trata de pisos de alquiler.
La lentitud y la impunidad con la que actúan los okupas se traduce en que hay muchos que empiezan a verlo como atractivo porque sienten que entrar ilegalmente en una vivienda sale gratis .
Cómo ha conseguido Holanda tener más viviendas disponibles para sus ciudadanos
Pero no todo en Países Bajos se basa en castigos. El segundo pilar de su estrategia ha sido aumentar la oferta de vivienda mediante la reutilización de espacios urbanos en desuso .
Por ejemplo, tiene casas donde antes había antiguos molinos, edificios industriales, oficinas abandonadas o fábricas cerradas se han transformado en apartamentos y viviendas sociales.
Este modelo se ha llevado a cabo gracias a la colaboración público-privada, lo que ha permitido actuar con rapidez y eficacia. El resultado es más oferta para jóvenes, estudiantes y familias con rentas bajas , que acceden a alquileres a precios razonables.
Otro de los factores que ha impulsado la seguridad jurídica en los Países Bajos es la ley del alquiler a corto plazo. Esta norma permite firmar contratos de hasta dos años, lo que ofrece mayor control a los propietarios y más flexibilidad a los inquilinos.
Lo que también ha quedado claro es que medidas como fijar precios máximos al alquiler, para intentar que no haya especulación y que las rentas se disparen es poco eficiente.
No topar los precios , como quieren hacer algunos en España ante la subida del alquiler , es lo que ha favorecido que más propietarios se animen a poner en alquiler sus viviendas, lo que amplía la oferta. Además, con la tranquilidad de que no tendrán inquiokupas.