El final del verano trae consigo un ritual ya habitual: el paso al horario de invierno . Durante esta etapa, el sol aparece antes y se oculta también con mayor antelación. El objetivo de retrasar los relojes una hora es que amanezca más temprano y así aprovechar mejor la luz natural en las primeras horas del día, lo que en teoría debería reducir el consumo de electricidad. Sin embargo, este argumento ha ido perdiendo relevancia con el tiempo.
Tal y como explica Ricardo Margalejo , cofundador de Gana Energía, ''hoy en día, los avances tecnológicos en materia de eficiencia energética y los patrones de consumo de cada hogar han reducido el peso de esta medida en el consumo de energía''.
Origen del cambio de hora
La idea de modificar los relojes no es nueva. Benjamin Franklin ya lo pl