En 1920, el italiano Carlo Ponzi alcanzaba una notoriedad de alto impacto público en Estados Unidos , por apoderarse de grandes sumas de dinero para supuestas inversiones con los sellos postales, con la promesa de jugosos reintegros a los aportantes. En realidad, los primeros en entregar esos valores recibieron alguna retribución (en capital e intereses) proveniente de nuevos ‘inversores’, pero el sistema colapsó porque nunca hubo una genuina actividad económica que reportara ganancias reales.
Desde entonces, el renombrado ‘Esquema Ponzi’ fue aplicado en distintos contextos, nacionales y extranjeros, con iguales resultados: quienes se desprendían de su capital, nunca lo recuperaron como esperaban y resultaron defraudados. El último de estos casos ocurrió en San Juan y se lo atribuy