Después de siete años, Katy Perry volvió a pisar suelo argentino y desató una auténtica fiesta entre sus seguidores. La artista estadounidense aterrizó en Buenos Aires para ofrecer dos shows en el Movistar Arena, en el marco de su gira internacional “The Lifetimes Tour”, y su llegada estuvo cargada de emoción, sorpresas y un gesto que quedó grabado en la memoria de sus fanáticos argentinos: un cuadro de Eva Perón como regalo de bienvenida.

La expectativa por el regreso de la estrella pop creció a cada hora. Desde temprano, una multitud de seguidores se agolpó en las inmediaciones del hotel de Recoleta donde se hospeda, ansiosos por entregarle su afecto y aprovechar cualquier oportunidad para una foto, un saludo o simplemente un instante de cercanía. Perry no decepcionó: dedicada y siempre

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