«He querido someterme a esta prueba de la verdad. Algunos de vosotros piensan que es irracional y arriesgada. Pero el mayor riesgo hubiera sido ... continuar como de costumbre». El primer ministro francés, François Bayrou, reconoció este lunes que el último episodio de la inestable política francesa lleva su firma. El responsable del Ejecutivo había decidido el 25 de agosto someterse a un voto de confianza, con muy pocas opciones de superarlo. Este lunes se confirmó su derrota, que le obliga constitucionalmente a dimitir. No había ningún suspense respecto al fracaso de la extraña maniobra de Bayrou, cuyo principal interrogante es si tendrá alguna utilidad en la etapa de inestabilidad política en la que se adentra Francia.

Hasta 364 diputados votaron en contra de la moción de confianza

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