( Por Alejandro Bovino Maciel). El día de anoche, después del resultado final de las elecciones en la provincia de Buenos Aires (distrito que concentra el casi 40 % del electorado nacional) el presidente Milei, por fortuna sin el uso de sus habituales exabruptos, nos dejó con una terrible duda que el tiempo —el mejor testigo de la verdad— irá revelando.

Al principio, al reconocer la derrota, dijo estar dispuesto a la autocrítica y a revisar su programa y rumbo. Menos de cinco minutos después afirmó taxativamente que no pensaba implementar ningún cambio en la política económica, financiera ni monetaria. Que, por el contrario, pensaba profundizar lo que él llama “cambios” y no es más que un retroceso a las históricas políticas de ajuste siguiendo la receta inefable del inefable Fondo Moneta

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