Aunque existe consenso en que una ingesta excesiva de sal está relacionada con el aumento de la presión arterial , no todos los investigadores coinciden en cuán generalizado es ese efecto. El profesor Francesco Cappuccio, una de las voces más firmes en el campo, sostiene que reducir el consumo de sal ayuda a bajar la presión arterial en todas las personas, sin importar su nivel inicial de consumo. Según él, los estudios que indican lo contrario son limitados, utilizan metodologías deficientes y se basan en datos no confiables.
Un punto clave en la crítica de Cappuccio es el uso de pruebas de orina en ayunas en ciertos estudios , como el de la investigación Mente, en lugar del método más preciso: recolectar varias muestras en un período de 24 horas. Esta diferencia técnica podría