Lorenzo del Rey - Redacción COPE Albacete
Muchos nobles españoles, y varios hidalgos, sólo tenían la fachada, la pinta o el título de su privilegiada condición. Como aquel hidalgo que se paseaba por las calles de la villa luciendo un palillo en los dientes como si se hubiera hartado de comer carne cuando, en realidad, llevaba un mendrugo de pan en el cuerpo y la bolsa con telarañas.
Pues así resultó la corrida del Conde de Mayalde : bien de presencia y un pobre fondo con un juego flojo y descastado . Y ante eso, la terna humilde que luchaba por abrirse paso y, cada uno con su estilo, sus armas y sus circunstancias se justificó en Albacete.
Fortes con su estilo clásico, acinturado, siempre enfrontilado y sin mirarse cuando fue feamente prendido en ese cuarto. La oreja cortada es de