Nadie sabe con certeza si la decisión de Sánchez de designar a ministros para liderar la oposición de Aragón, Madrid, Valencia y Andalucía responde a la intención de recuperar esos territorios o, por el contrario, es la de quitarse a los cuatro de un plumazo.

Si se pretendía un reflote electoral, de cara a las elecciones autonómicas y municipales de 2027, la operación ha sido un desastre, teniendo en cuenta los estudios demoscópicos. En Madrid, por ejemplo, después de treinta años gobernando, parecía difícil que los conservadores pudiesen seguir aumentando su mayoría absoluta. Sin embargo, Díaz Ayuso está más fuerte cada día y la organización socialista más débil, con el agravante del desplome que están teniendo los socios de Sumar y Podemos.

Los escándalos tampoco ayudan. La imputación

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