DE antemano se sabía que arrebatar al peronismo su bastión electoral, Buenos Aires, regentado desde hace seis años por Alex Kicillof y que para la competencia legislativa de este domingo logró, pese a las marcadas diferencias ideológicas cerrar tras de sí a toda la izquierda, era una misión imposible para los libertarios abanderados por el presidente Javier Milei. Sin embargo, el resultado de las urnas confirmó que este novel partido tiene fuerte arraigo en la capital argentina.

Con una notable abstención (38%) y la conveniente ‘reconciliación’ política entre el reelecto gobernante, el exministro Sergio Massa y Máximo Kirchner, que retomó las banderas de su progenitora, la condenada expresidenta Cristina Fernández, fueron las talanqueras para que La Libertad Avanza (LLA) lograra su obj

See Full Page