El Athletic Club de Bilbao cerró el mercado de verano con un sabor agridulce. Aunque lograron su gran prioridad, que era retener y ampliar el contrato de su gran estrella, Nico Williams, Ernesto Valverde tuvo que aceptar que Aymeric Laporte no podría llegar. Incorporaron a cracks como Jesús Areso y Robert Navarro, pero la gran obsesión del entrenador extremeño era firmar a un nuevo efectivo para el eje de la retaguardia, donde tan solo cuenta con Dani Vivian y Aitor Paredes.

Unai Egiluz se perderá todo lo que queda de curso por una grave lesión de rodilla, y Yeray Álvarez ha sido sancionado por la UEFA por dopaje, y no podrá volver a los terrenos de juego hasta el mes de abril. Esto obligó a ‘El Txingurri’ a solicitar a la directiva el desembarco de un especialista, y la opción que

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