En Rodalies hay dos tipos de incidencias. Primero están las imprevistas, las que se producen por una caída de la tensión eléctrica, vandalismo, un fenómeno meteorológico, presencia de personas en las vías, averías de tren. Son las que más le duelen al viajero, que ve cómo su rutina salta por los aires con poco margen de maniobra. Y luego están las que tienen que ver con las obras de mejora de la infraestructura, cuando más y mejor aplica el dicho que de no hay mal que por bien no venga, puesto que la inevitable afectación lleva asido un futuro mejor para la prestación del servicio. Lo bueno de este tipo de alteraciones es que tienen un calendario y un plan alternativo de transporte por carretera. Lo bueno, al fin y al cabo, es que los usuarios saben a qué atenerse. En este segundo apartado
Rodalies padecerá cortes ferroviarios en cinco puntos más de la red antes de que termine el año

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