Por Alejandra Delgado

Treinta y un años después de su estreno original, La Pequeña Historia de Chile sigue mostrando su poder de observación sobre un país que no ha saldado sus deudas históricas con la educación ni con la memoria. Estrenada en 1994, en plena transición a la democracia, la obra de Marco Antonio de la Parra se sitúa en un liceo chileno vacío, donde un grupo de profesores de historia permanece atrapado, cumpliendo rutinas sin alumnos ni clases. Este encierro, que funciona tanto como metáfora como elemento dramático, refleja un país detenido: instituciones que arrastran problemas históricos y una educación que sigue sin responder a las necesidades de su población.

Desde la obertura, la obra impacta. Los dos actores principales abren la escena, alternando momentos en pres

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