A 52 años del golpe de Estado, Chile enfrenta la difícil tarea de seguir buscando a los detenidos desaparecidos, un compromiso pendiente que aún nos duele como nación. La memoria de esas víctimas no solo es un acto de justicia, sino una demanda de dignidad y reconocimiento.

La política de búsqueda y las políticas de memoria no son ejercicios pasados, sino herramientas imprescindibles para evitar que los horrores del pasado queden en el olvido y para sanar heridas abiertas por décadas de silencio e impunidad . Por ello, esto debe tratarse como una política de estado, que esté por sobre las voluntades de los gobiernos de turno.

El avance que ha significado el Plan Nacional de Búsqueda, con la identificación y trayectorias de las víctimas, es un paso fundamental. Sin embargo, las cifra

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