Washignton, 11 sep (EFE).- Durante 24 años el 11 de septiembre ha servido a los estadounidenses para la introspección; primero, sobre las 3.000 muertes inocentes de 2001; con el tiempo, sobre la necesidad de la interminable “Guerra contra el Terrorismo”; y hoy, con Trump en el poder, sobre la búsqueda de enemigos internos, algo que refuerza el asesinato del activista conservador Charlie Kirk casualmente un día antes.

La muerte de Kirk por un disparo en el cuello durante un evento de debate en una universidad de Utah ha desdibujado el 24 aniversario del atentado más importante de la historia reciente, uno que lanzó a Estados Unidos a una carrera de guerras en Oriente Medio, motivó la creación del Departamento de Seguridad Nacional y popularizó el trastorno por estrés postraumático o el dañ

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