El accidente en el Puente de La Concordia, Iztapalapa, en la CDMX, no fue una fatalidad aislada, sino la consecuencia directa de la descomposición urbana y política que arrastra la capital. Una pipa de gas volcó cuando su conductor intentó esquivar baches, provocando fuga, explosión, muertos, heridos y una indignación colectiva.

El conductor, identificado como Fernando Soto Munguía, maniobró desesperadamente al encontrarse con una serie de baches consecutivos sobre la Calzada Ignacio Zaragoza. La pipa, con casi 50 mil litros de gas LP, perdió el equilibrio y se volcó contra la estructura, abriendo la ruta hacia una catástrofe evitable.

La fuga de gas se extendió como una nube mortal, perceptible en segundos, antes de detonar en una explosión que estremeció a toda Iztapalapa. Llamas de má

See Full Page