Que una persona llore con facilidad es una de las preguntas más habituales sobre emociones: genera dudas y estigmas.
La psicología contemporánea y la investigación biomédica plantean otra lectura: el llanto puede ser una forma de regulación emocional, con raíces biológicas y sociales y no necesariamente un signo de fragilidad.
¿Qué dice la evidencia sobre el llanto y la regulación emocional?
El llanto emocional (el que acompaña tristeza, alivio, alegría intensa o frustración) participa en procesos fisiológicos y mentales que ayudan a recuperar el equilibrio después de una carga emocional.
Estudios experimentales muestran que, tras episodios de llanto, algunas personas experimentan cambios en la actividad autonómica que favorecen la recuperación emocional y la sensación de alivio.