Participación. Esa es la palabra mágica que conjugan Bilbao y sus gentes desde hace tiempo cuando miran al futuro. Urbanismo, recursos, ocio, cultura, actividad industrial, juventud, innovación social, servicios… El botxo sigue empeñado en prosperar, en evolucionar hacia un escenario que convenza a sus residentes, pero también a sus invitados, ya sean los de diario –estudiantes y trabajadores– o los vacacionales. El último ejemplo de este proceso colaborativo entre la esfera institucional y la ciudadanía bilbaina ha estado protagonizado por la Asamblea Por el Clima.
Los 5 ‘mandamientos’ climáticos de Bilbao

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