En pleno corazón de Barquisimeto, justo en la acera del Centro Comercial Arca, un hombre de 70 años desafía el paso del tiempo. Su nombre es Simón Antonio Gutiérrez , y su oficio, la reparación de relojes, lo ha convertido en un rostro conocido y querido para quienes transitan por la zona.
Con casi dos décadas en este mismo lugar, Simón nos recibe con una sonrisa que ilumina su rostro. En su puesto, un pequeño rincón a la intemperie, todo está meticulosamente ordenado: herramientas diminutas, pasadores, micas, correas y, por supuesto, relojes de todos los tamaños y épocas.
«Esto es un trabajo que pide mucha paciencia y técnica», nos dice, mientras sus manos, expertas y callosas, manipulan una diminuta pieza. «Hay que ser muy responsable porque son accesorios delicados. El cliente se