Los organizadores tomaron esta decisión para garantizar la seguridad de los corredores, que podría haberse visto comprometida debido a las protestas propalestinas que, una vez más, condicionaron el desarrollo de la carrera.

El trazado, prácticamente plano de inicio a fin, ofrecía un terreno perfecto para que los mejores especialistas en la disciplina pudieran desplegar toda su potencia. La corta distancia convertía la etapa en un esfuerzo intenso y explosivo, donde cada detalle contaba y donde no había margen para cometer errores.

Los primeros corredores en marcar referencias destacadas fueron Daan Hoole y Ethan Vernon, que establecieron tiempos competitivos y pusieron presión a los que venían detrás. No obstante, la auténtica exhibición llegó cuando el italiano Filippo Ganna tomó la sal

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