Eran poco menos de las 12 de la noche del sábado 12 de septiembre de 1992 cuando el general Antonio Katín Vidal , jefe de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía Nacional de Perú, entró en la casa del barrio limeño de Surquillo con la seguridad de haber ganado la batalla más difícil de su vida. A pesar de eso, no mostró emoción alguna cuando se presentó ante el hombre que estaba sentado en un sillón.
-Soy el general Antonio Katín Vidal, jefe de la Dincote - le dijo.
El hombre del sillón, vigilado férreamente por un grupo de policías, se levantó de su asiento y alargó su mano derecha para estrechar la del general.
–Abimael Guzmán Reinoso – respondió.
–Usted sabe... En la vida se gana o se pierde. Usted que es dialéctico tiene que entender que ha perdido. Tome asiento – lo invi