El reemplazo de los vehículos de tracción animal en Colombia es un desafío que combina factores sociales, económicos y legales. Entre normas incumplidas, planes de sustitución a medias y la presión de organizaciones animalistas, la lenta transición revela una tensión profunda: cómo transformar una práctica arraigada sin dejar atrás a quienes dependen de ella para sobrevivir.
DIARIO DEL HUILA, ANALISIS
Durante décadas, el golpeteo de los cascos de caballos y el traqueteo de las carretas de madera han acompañado la vida urbana y rural en Colombia. En ciudades como Neiva, Barranquilla o Bogotá, las llamadas ‘zorras’ no solo han servido para transportar escombros, materiales de construcción o reciclaje: se han convertido en el reflejo de una tensión social que sigue sin resolverse. Este vehí