
El Estado de Israel ha decidido “boicotear” el Mobile World Congress de Barcelona y ha ordenado cancelar todas las preparaciones que las empresas y del Gobierno pudieran estar llevando a cabo para participar en la edición de marzo de 2026.
La orden la ha dado el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, en respuesta al discurso del presidente Pedro Sánchez, que el pasado lunes condenó el genocidio sobre el pueblo palestino, pero también a la ruptura de relaciones con Israel que el Ayuntamiento de Barcelona decidió en julio.
Ahora bien, cabe tener en cuenta que esta decisión del consistorio barcelonés incluía, además de la ruptura del hermanamiento con Tel-Aviv, que la Fira de Barcelona no pueda acoger “pabellones de Israel” ni empresas armamentísticas. Es decir, que independientemente de la decisión del ministro Karhi, este país no debería haber tenido la entrada permitida al Mobile World Congress.
La decisión del Ayuntamiento, apoyada por el PSC, ERC y los Comuns, también incluía la imposibilidad de realizar contrataciones públicas con empresas que figuren en la lista de relacionadas con el genocidio de la ONU, lo que ha llevado a Alstom a perder un contrato millonario. Tampoco se permitía que barcos con destino a Israel atracaran en el Puerto de Barcelona, pero este último punto se ha incumplido en diversas ocasiones.
Barcelona fue la primera institución española en tomar estas medidas con el Estado de Israel. Desde julio se han ido sumando otras, hasta el discurso del pasado lunes del presidente Pedro Sánchez, que anunció diversas medidas como un embargo de armas y la prohibición de entrar a España a personas relacionadas con el genocidio.
Todo ello es leído como “una serie de pasos antisemitas y un apoyo sistemático a Hamas”, tal como ha expresado el ministro Karhi en una carta. También apunta a que las acusaciones de genocidio son “falsas” y también afea la “intención de reconocer el estado terrorista de Palestina en el corazón de Israel”.