El presidente Lee Jae-myung avisa de que el episodio complica futuras inversiones en suelo estadounidense

Los 316 trabajadores surcoreanos detenidos la semana pasada por las autoridades de inmigración de Estados Unidos durante una macrorredada en una planta de Hyundai, en el Estado de Georgia, han aterrizado este viernes en el Aeropuerto Internacional de Incheon (oeste de Seúl), donde han sido recibidos por sus familiares con pancartas, abrazos y lágrimas contenidas. La operación de repatriación pone fin a un episodio que ha generado una profunda brecha en la relación de los dos países aliados. El propio presidente de Corea del Sur, Lee Jae-myung, ha abierto un interrogante sobre la viabilidad de futuras inversiones surcoreanas en suelo estadounidense ―“las empresas inevitablemente duda

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