El Nokia 1100, lanzado en agosto de 2003, se convirtió en uno de los celulares más populares de su época gracias a su diseño sencillo y funcionalidad práctica.
Entre las características que lo hicieron destacar estaban su batería de larga duración, la linterna incorporada, una cubierta resistente con bordes antideslizantes, además de una alfombrilla de silicona con teclas grandes y fáciles de usar.
Incluía funciones básicas, pero útiles, como recordatorios y despertador, lo que lo convirtió en un dispositivo confiable y accesible para millones de usuarios en todo el mundo.
Gracias a estas cualidades, el dispositivo se convirtió en el teléfono más vendido de la historia , con 250 millones de unidades colocadas en solo seis años, de acuerdo con un análisis de Visual Capital