La i nfanta Elena se ha convertido en el mayor apoyo de Juan Carlos I. El emérito nunca había confiado en su hija mayor. De hecho, él no quería tener más relaciones con la reina Sofía y el varón no llegó en el primer intento, así que la única vía posible era hacer heredera a la hermana de Felipe VI, pero no la veía capacitada para ostentar ese puesto. La veía “tonta”, según su círculo de amistades. Se hubiese cambiado la Constitución como ha sucedido con Leonor. En estos momentos ahora sería Froilán el príncipe de Asturias. O aún continuaría en el trono el emérito, ya que su hija hubiese sido incapaz de obligarle a abdicar, o mucho menos de exiliarle a los Emiratos Árabes.
Juan Carlos I se ha visto muy vulnerable en los últimos años. El emérito padece desde hace años serios problem