Mantener limpio el portacepillo de dientes es fundamental para la higiene bucal, pero muchas veces este accesorio empieza a desprender malos olores. Los restos de pasta dental, la humedad y la acumulación de saliva pueden favorecer el desarrollo de microorganismo, lo que convierte a este recipiente en un espacio poco higiénico si no se limpia correctamente. Por eso, aprender a cuidarlo no solo mejora la salud dental, sino que también evita aromas desagradables en el baño.

Este tipo de soporte puede ser un verdadero imán para microorganismos si se mantiene húmedo y cerrado. Incluso un cepillo aparentemente limpio puede transmitir bacterias si el portacepillo de dientes no se ventila y se lava con frecuencia. La combinación de calor y humedad típica de los baños crea un ambiente ideal

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