El control de la hipertensión arterial no depende únicamente de los medicamentos, sino también de la constancia en la práctica de ejercicio físico. Así lo subrayan las últimas recomendaciones de la American Heart Association (AHA) y el American College of Cardiology (ACC) , que destacan que la frecuencia semanal y la combinación de rutinas son factores determinantes para mejorar los valores de presión.
De acuerdo con un seguimiento de más de 5.000 adultos realizado durante tres décadas, citado por Mayo Clinic , lo más relevante es la cantidad total de actividad física acumulada a la semana, más que el tipo específico de ejercicio. Los resultados muestran descensos promedio de entre 4 y 10 mm Hg en la presión sistólica y de 5 a 8 mm Hg en la diastólica .
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