Campaña para unas fiestas patrias sostenibles invita a celebrar sin contaminar.

La noche del 15 de septiembre es una de las más intensas en México. Miles de familias se reúnen en plazas públicas, restaurantes y casas para escuchar el Grito de Independencia, entre música, pozole y fuegos artificiales. El Zócalo capitalino, iluminado de verde, blanco y rojo, se convierte en el epicentro del festejo: en 2024 se congregaron allí más de 280 mil personas, la mayor multitud desde la pandemia. Un día después, el desfile militar reunió a 120.000 asistentes en las calles del Centro Histórico. Sin embargo, la fiesta más patriótica del país tiene una resaca que no aparece en los discursos oficiales: toneladas de basura que se acumulan apenas amanece.

En menos de 24 horas, los servicios de limpieza

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