Debemos todos y cada uno de nosotros asumir en la medida de nuestras posibilidades y dignidades, la responsabilidad de construir, de aportar, de debatir con argumentos, de concluir trabajos; pero sobre todo, de proponer alternativas a los uno y más problemas de fondo que acusamos en diversas áreas y niveles, lo que obliga ponerse al frente de los mismos y no dejar, sobre todo en vísperas electorales, que sean tenidos como espectáculos, como distractores y alienten falsas ilusiones en la ciudadanía frente a sus promesas de solución. No podemos seguirnos prestando para hacerle eco a más mentiras, para atender sus vascuencias, para asistir a convocatorias y discusiones vacías y carentes de contenido y utilidad, con cero compromisos sobre lo que realmente le importa a la ciudadanía, que en s
Pensar, proponer, decidir bien y mejor

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