WASHINGTON (AP) — El intento del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de revitalizar la manufactura estadounidense mediante la inversión extranjera se ha topado de frente con otra de sus prioridades: tomar medidas enérgicas contra la inmigración ilegal.

Apenas una semana después de que las autoridades de inmigración allanaran una planta de baterías de Hyundai en el estado de Georgia, detuvieran a más de 300 trabajadores surcoreanos y mostraran videos de algunos de ellos encadenados, el presidente surcoreano Lee Jae Myung advirtió que las otras empresas del país podrían mostrarse reacias a aceptar la invitación de Trump para invertir dinero en Estados Unidos.

Si Estados Unidos no puede emitir rápidamente visas para los técnicos y otros trabajadores calificados necesarios para poner

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