Por: LUIS GARCÍA MONTERO 13/09/2025 01:00:00

La lengua y la cultura definen nuestro horizonte. Los diccionarios hacen un esfuerzo admirable por contener y organizar la descripción más o menos literal de la realidad que suponen las palabras. Necesitamos nombrar la lluvia y el sol, la rosa y el mar, el amor o el odio, para orientarnos en el mundo que habitamos y comunicarnos con los demás habitantes de ese mundo. Pero el más o menos de la realidad se nutre de matices o distancias que dependen de la experiencia individual, los tejidos sociales profundos, las coyunturas históricas, los acentos y las situaciones geográficas. Por eso decir palabras para comunicar mensajes superficiales no es lo mismo que comunicarse como seres humanos, porque tampoco es lo mismo comunicarse que entenders

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