Fue algo más que ganarle a la Real B . Tres puntos revestidos de connotaciones especiales, de impacto total en la moral, confianza y ánimo en la UD. Así se digiere la victoria de esta viernes en el Gran Canaria, dándole una importancia merecida y que trasciende su valor numérico. Porque el triunfo cierra una semana fantástica para el club y afición. La necesidad de volver a recuperar sensaciones, de alzar los brazos en Siete Palmas, desde abril no ocurría eso , que se dice pronto, había generado una presión extra a los jugadores, que, además, venían de dos jornadas secos de gol, resultados discretos y el temor de que afloraran los murmullos en la grada.
Luis García gestionó esos días de leve inquietud en Barranco Seco, con ganas de que llegaran los partidos, la prueba del algodón para