Por Daniela Callejas Delgado

La escena inicial del encuentro no fue la que muchos imaginarían. Nada de fórmulas en un pizarrón ni charlas sobre aceleradores de partículas. Javier Santaolalla estaba sentado frente a un piano, ensayando para El Club de la Tusa, el espectáculo con el que ha recorrido Colombia. Tocaba con una concentración casi matemática, como si cada nota fuera parte de una ecuación emocional.

Fascinaba verlo ahí: un doctor en física de partículas, con experiencia en el CERN y en el Gran Colisionador de Hadrones, que ahora mezcla ciencia, música, filosofía y emociones en un show que se atreve a usar la tusa como metáfora de la vida.

Santaolalla (Las Palmas de Gran Canaria, 1982) es hoy una de las voces más influyentes en la divulgación científica en español. Ingeniero, f

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