En estos últimos meses hemos visto con desasosiego las desastrosas consecuencias del impacto que han tenido los incendios forestales producidos en territorio peninsular. Cuando aún seguían sin controlarse muchos de ellos, y entre los rescoldos esparcidos por más de 380.000 hectáreas, surge la iniciativa política de fomentar un Pacto de Estado frente a la Emergencia Climática , para dar respuesta a los impactos del cambio climático. Todo momento, incluso pasado, es bueno para plantear esta iniciativa, sin embargo, la decisión urgente es afrontar la causa principal de estos desastres que es la gestión escasa, o nula en muchos casos, de las actuaciones para la prevención en las áreas rurales y no el cambio climático de forma genérica, así como la deficiente planificación de las llanur
¿Oportunidad o declaración de intenciones?

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