Durante casi una hora, el pasado 23 de agosto, Erich Zoll y su esposa estuvieron angustiados en el aeropuerto de Palma hasta que por fin pudieron recibir a su hija Sabrina . La mujer de 39 años, que sufre una espasticidad en el lado derecho del cuerpo además de una discapacidad intelectual y vive en un piso tutelado para personas con diversidad funcional en Renania del Norte-Westfalia, quería visitar a sus padres en su apartamento vacacional en sa Coma. Para el vuelo de Sabrina desde Dortmund a la isla, la familia había reservado el servicio de asistencia para personas con movilidad reducida (PMR) en el aeropuerto de Palma.
El acompañamiento al salir del avión tras el aterrizaje funcionó bien, pero luego los empleados del servicio PMR dejaron a Sabrina sola en la terminal .