Un hombre, conocido por los agentes de la Policía con el apodo de " vampiro con sed de sangre ", confesó haber asesinado , por lo menos, a diez niños antes de sufrir su propia muerte .

Dicho hombre, llamado Masten Wanjala , atraía a sus víctimas haciéndoles creer que era entrenador. Una vez les tenía convencidos, les llevaba a zonas remotas donde les estrangulaba o los golpeaba en la cabeza con un objeto contundente.

Tal y como pudo confirmar la BBC, este asesino en serie drogaba a los niños y en ocasiones, bebía la sangre de alguna de sus víctimas. Una vez les mataba, lanzaba los cuerpos de los menores a matorrales o los sumergía en las alcantarillas de la capital de Kenia, en Nairobi.

Su primer crimen lo llevó a cabo cuando era adolescente . Cuando estaba en plena ad

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