Este sábado, dos cazas F-16 de Rumanía despegaron para interceptar un dron ruso que había ingresado en su espacio aéreo. Este incidente ocurrió durante un ataque a instalaciones en Ucrania, cerca de la frontera rumana. El ministro de Defensa, Ionuț Mosteanu, calificó el suceso como una agresión. Los aviones rastrearon la aeronave no tripulada hasta que desapareció del radar en la región de Tulcea, a unos 20 kilómetros de Ucrania. Mosteanu aseguró que la población local no estaba en peligro y enfatizó que "Rumanía defiende su espacio aéreo y se mantiene vigilante ante la agresión rusa".

El Ministerio de Defensa rumano informó que el dron fue detectado a las 18:23 horas (15:23 GMT), aproximadamente 15 minutos después del despegue de los cazas, que estaban en una misión de vigilancia tras los ataques aéreos rusos en el Danubio. La legislación rumana permite derribar cualquier aeronave que entre sin autorización en su espacio aéreo.

Simultáneamente, la Fuerza Aérea polaca y sus aliados de la OTAN se movilizaron para proteger el espacio aéreo de Polonia, lo que llevó al cierre preventivo del aeropuerto de Lublin. Rumanía ya había desplegado F-16 el 10 de septiembre debido a la presencia de drones rusos, mientras que Polonia había derribado varios de estos aparatos que invadieron su territorio.

El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, calificó la incursión de drones rusos en Polonia como "inaceptable". Aunque no está claro si Rusia envió los drones intencionadamente a Polonia, Rubio afirmó que "los drones fueron lanzados intencionalmente" y que la situación es "lamentable y peligrosa". También mencionó que si los drones estaban dirigidos a Polonia, sería un movimiento "altamente escalatorio".

El viernes, Polonia rechazó la sugerencia del presidente estadounidense, Donald Trump, de que las incursiones podrían haber sido un error. En la ONU, EE. UU. describió las violaciones del espacio aéreo como "alarmantes" y prometió "defender cada centímetro del territorio de la OTAN". La OTAN anunció medidas para reforzar la defensa del flanco oriental de Europa tras el derribo de drones rusos por parte de Polonia, marcando los primeros disparos conocidos de un miembro de la alianza durante la guerra en Ucrania.

Ante esta situación, el primer ministro polaco, Donald Tusk, invocó el artículo 4 del Tratado de la OTAN, que obliga a los aliados a consultarse cuando la seguridad de alguno de ellos se vea amenazada. Rusia, por su parte, afirmó que sus ataques estaban dirigidos a Ucrania y no buscaban impactar en territorio polaco.

Desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, Rumanía ha reportado la caída de fragmentos de drones en varias ocasiones, especialmente tras el aumento de ataques a puertos ucranianos. En respuesta, el Parlamento rumano aprobó una ley que autoriza el derribo de drones que violen su espacio aéreo. La Unión Europea calificó estas incursiones de "imprudentes y sin precedentes" y anunció la creación de una alianza de drones con Ucrania, respaldada con 6.000 millones de euros, para reforzar las defensas del flanco oriental y garantizar la seguridad de los países vecinos.