Mary Pérez y Laura Morchón, su hija, defienden, con esfuerzo titánico, el viejo oficio de tenderas de barrio. El proyecto que hace más de dos décadas inició Pérez en una esquina de la calle Arco sigue en pie, rodeado de supermercados, e introduciendo continuamente reinvenciones.
Porque Alimentación Caracas –no se lleven a engaño, son de Santa María de Guía– es un ejemplo de servicio público. En ese córner se han escrito historias de supervivencia y acompañamiento. Mary ha vivido de todo, superando incluso el miedo atroz que invadió su mente el ser víctima de dos atracos mientas atendía el local, el segundo de ellos con su nieto de ocho años presente.
La primera reinvención fue la de la protagonista principal de esta historia, cuando decidió apostar por abrir el negocio tan lejos de su ca